ROMA
Se utilizaba principalmente la fibra para confeccionar vestidos y para las gúmenas (maroma gruesa para atar áncoras) y las velas de las naves, como se extrae de algunas breves anotaciones de Lucilio, Plinio, Columela y Celso (siglo II d. C.). Los cartaginenses conocían muy bien el hachís. Fueron halladas dos ánforas llenas de hachís ubicadas en un trirreme de guerra (un tipo de galera) cartaginesa del siglo III a. C. Que fue llevada a la superficie en 1969 en
El kiphy, que es un incienso ceremonial de posible psicoactividad, entre cuyos ingredientes hay una ÒresinaÓ (probablemente de cáñamo), forma ya parte de las reuniones de los ricos, este producto era importado desde Egipto y era muy caro. En
Al iniciarse el siglo IV, en el año 301, el edicto de Diocleciano sobre precios fija el del modius castrense de opio -con una capacidad para 17,5 litros- en 150 denarios, cuantía que sigue siendo extremadamente módico si se compara con los 80 denarios que costaba el kilo de hachís . El fumar hachís egipcio era casi una excentricidad (valía una fortuna), mientras que el opio se consideraba un bien básico para el hogar romano. Con la llegada del cristianismo sufrió la desaparición por completo lo mismo que las otras drogas paganas. Su retorno fue al cabo de siete u ocho siglos. Desaparecieron las grandes extensiones de cannabis cultivadas por los celtas, así como las saunas del hachís.
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