En primer lugar hay que tener en cuenta que la hembra y no el macho es apta para fumar. Tras unas tres semanas de crecimiento normal, las plantas masculinas tienen menos color, más altura y son más delgadas, tienen menos hojas y las ramas nacen del tallo a una mayor distancia entre si, al tiempo que producen una especie de bolitas de las cuales saldrá el polen que fecundará las hojas de las hembras. Hacia la sexta semana les crece una suerte de penacho de hojas en la punta. Las plantas femeninas por el contrario son más achaparrada y redondeadas, de un verde más oscuro, tienen muchas hojas y las ramas salen del tallo mucho más próximas entre si
La densidad de la plantación favorece el desarrollo de las masculinas, mientras que el espacio libre facilita el desarrollo de las femeninas. Todas las plantas producen tanto el encima masculino como el femenino, y son las condiciones ambientales el determinante de uno u otro sexo. Si has plantado en abril hacia primeros de junio ya las puedes distinguir.
Si las hembras son fecundadas producirán semillas pero perderán potencia psicoactiva, así que si no tienes problemas para obtener semillas para el próximo año, procura cortar los machos antes de que florezcan las hembras. También puede ocurrir que la planta sea hermafrodita
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